martes, 25 de octubre de 2022

En respuesta a "La Izquierda de Isengard" de Pedro Vallín.

Jesús Caballero

25 de Octubre de 2022


He sentido la necesidad de intentar elaborar una especie de respuesta a la provocación liberal que Pedro Vallín nos ha lanzado a quienes no somos liberales en el artículo titulado “La izquierda de Isengard” que le ha publicado el diario “La Vanguardia” el día 23 de octubre.

https://www.lavanguardia.com/politica/20221023/8577950/rojipardos-isengard.html

En el citado artículo, Vallín desarrolla una metáfora sobre temas de “El Señor de los Anillos” de Tolkien en en la cual equipara a quienes desde posiciones de izquierda, se alían táctica o estratégicamente con el Gobierno (y la persona) de Vladimir Putin en la Guerra de Ucrania/Donbass, con la figura de Saruman, Ainur, Maia, Mago en principio lider de los principios nobles y cabecilla de la lucha contra Sauron, el “Señor Oscuro” que traiciona estos ideales, no tanto para como afirma Vallín, aliarse estratégicamente con Sauron para dominar el Mundo (como apunta la película), sino en alianza táctica con Sauron pero para obtener el anillo único ántes que él y dominar el Mundo en Solitario (como en realidad relatan los libros).

Al margen de lo ajustado a canon de la interpretación de Vallin de “la traición de Isengard”, resulta ciertamente una metáfora brillante en tanto que se entiende facil, es muy compartible por una mayoría de personas y señala con nitidez los campos del “bien” y del “mal”.

Mi intención inicial, como imagino la de muchos otros, era sencillamente invertir los términos para evidenciar lo falaz de la metáfora. Con absoluta facilidad se puede identificar a Mordor, a Melkor incluso, el “enemigo del Mundo”, el semidios que sobrepasa en poder al propio Sauron, con la OTAN. La OTAN es sin duda la entidad que ha ostentado y ostenta el dominio del Mundo. Ostenta la hegemonía principal, en términos clásicos, si se prefiere. Quienes a Melkor se oponen, aun desde de presupuestos no totalmente nobles, serían en realidad “los buenos”.

Pero debo decir que este enfoque pronto me ha parecido tan banal como mi primera interpretación del artículo de Vallín y he decidido leérmelo una segunda vez. Y en esa segunda lectura, me ha parecido que tenía un poco más de enjundia y “fondo” que una burda metáfora de buenos y malos.

En esa segunda lectura, he llegado a la conclusión que de lo que Vallín habla en ese artículo y para lo cual utiliza una de las metáforas frikis a las que es tan aficionado y que tan atrayentes resultan para una parte importante de sus lectores potenciales, es en realidad de los límites de lo respetable, de lo posible para una organización de la Izquierda que aspire a ser validada com actor autorizado en la realidad sociopolítica de las democracias “burguesas-liberales” y de los valores dominantes de estas.

El ejemplo de “izquierda válida” lo da el propio Vallín cuandi dice, y cito: “...las izquierdas efervescentes en Chile, Argentina, Colombia o Brasil adoptan posiciones reformistas inscritas en el marco de la democracia burguesa, una suerte de rearme de la socialdemocracia que recupera las recetas que los partidos socialistas habían ido abandonando en toda Europa.” Específicamente, habla de Gabriel Boric que está demostrando sentirse plenamente identificado con esta visión de la izquierda tan funcional al sistema.

Esta perspectiva de Vallin es la que ha de combatirse, en mi opinión, desde una perspectiva marxista. Porque al plantear que la izquierda que (en el caso de la Guerra de Ucrania/Donbass) no se alía absoluta y completamente al 100% con las posiciones de la OTAN y el Gobierno de Ucrania no puede ser siquiera tenida en cuenta en el terreno de juego, señala los límites del propio terreno de juego. Un tablero en el que no todo es válido. No se pueden platear soluciones revolucionarias, no es viable pretender una modificación en las relaciones de producción o en el marco institucional-legal, no se pueden cuestionar las leyes del mercado ni la protección del liberalismo económico.

De esto. De esto y no de otra cosa va el artículo de Vallín.

Vamos a ver de qué no va. Cuales son los “ruidos” con los que Vallin nos quiere despistar además de la metáfora tolkieniana.

No va de “meterse con los rojipardos” a quienes identifica con esa suerte de “Patrioterismo populista” que a veces se tiñe de rojo. No. A estos les ve como meros enemigos discursivos del liberalismo que desea hegemónico. Enemigo poco relevante numéricamente pero fácil de señalar y de ridiculizar.

Tampoco va de Pablo Iglesias y su Podcast “La Base”, al que acusa absurdamente de una alineación con Rusia que desde luego solo existe en su imaginación. No. Estas peleítas de los que hasta hace nada eran aliados tácticos, poco tienen que ver con la intención real de Vallín.

La verdad es que el artículo de Vallín es mucho más perverso en el sentido que es un aviso procedente de la hegemonía liberal. Este aviso, dice:

  • El discurso de “oponerse a la OTAN” es caduco y trasnochado. La OTAN es la democracia, la OTAN es la paz.

  • El límite de lo posible es el liberalismo. Democracia ES liberalismo. La democracia parlamentaria burguesa, el libre mercado y el Capitalismo. Cualquier otra solución no deberá ser tenida en cuenta y será considerada “poco democrática” o incluso “autoritaria”.

  • El máximo representante de esta cosmovisión es, como ya era, “Occidente®”, representado en primera instancia por los EE.UU. de América y por una UE, que finalmente se ha demostrado poco más que un títere para el teatro europeo.

  • Quienes consideren que este orden unipolar puede ser cuestionado, al margen de cualesquiera otras consideraciones, formas de gobierno, propuestas, alianzas... será considerado “enemigo de la Democracia”.

  • Específicamente Rusia y aunque no se nombra explicitamente, China, son el ejemplo de enemigos.

  • La Guerra de Ucrania es unicamente fruto de la megalomanía de Putin, un loco ávido de poder y sangre. Ni son relevantes la voluntad expansionista de la OTAN al Este desde 1991, ni la política genocida de sucesivos gobiernos de Ucrania en el Donbass, ni la política antisindical, antiobrera y de persecución de la oposición, especialmente de izquierdas de Volodimir Zelenski.


Podríamos concretar más, pero con eso es suficiente para entendernos. Y este aviso, tiene destinatarios claros: Cualquier ente, persona u organización que desde la izquierda pretenda tener un papel en el escenario político actual. Se llame Podemos, se llame IU o se llame como se llame. Se nos amenaza (por terminar con otro simil tolkieniano) con la destrucción de Númenor si pretendemos siquiera pisar Valinor, sean cuales sean nuestras intenciones.

Y esto es lo perverso del artículo en mi opinión, máxime cuando precisamente la izquierda tenemos el reto contrario: forjar, generar alianzas de impugnación del Capitalismo. Desde diferentes propuestas, pero con el objetivo de subvertir el orden vigente para avanzar hacia un Mundo más justo para una mayoría que hoy está excluída de los beneficios de la rapiña capitalista.

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